La Planificación es VITAL en cualquier grupo de trabajo, ya que, realmente, una organización no puede avanzar sin tener un camino que seguir. Solo se requiere de una visión de lo que queremos alcanzar y algunos pasos para llegar a destino. Es por esto que armamos una lista con algunos tips para aprender a hacer una planificación afectiva.
Lo primero que necesitamos antes de comenzar el proceso de realizar una planificación son los objetivos. Antes que nada, debemos tener muy en claro qué queremos alcanzar con el proyecto, si planificamos un nuevo emprendimiento, o fijar objetivos mensualmente dentro del trabajo de cualquier organización. Recomendamos plantear tres objetivos clave para tomarlos como punto de partida.
Por ejemplo:
No importa si tus objetivos son muy buenos o cuánto querés lograr si esas metas no son realistas. Tenés que tomar en cuenta cuáles son tus recursos tanto humanos como económicos, e incluso si poseés el tiempo necesario para concretar lo planteado.
Luego de que hayas determinado cuáles van a ser tus objetivos, es momento de comenzar a pensar en las estrategias. Básicamente, es una forma creativa de abordar el proyecto, con acciones claras que te llevarán un poco más cerca de la meta.
Por ejemplo:
Ya tenemos nuestros objetivos y estrategias, ¿y ahora qué? Lo siguiente en el proceso es crear una lista de pasos a seguir o “action steps”. Esta es un de las partes más fáciles, pero a su vez, hay que ser muy minucioso. Arma una lista con cada una de las acciones que debes ejecutar para concretar las estrategias, una a una. De este modo, vas a conseguir una visión clara de qué tienes que hacer para comenzar a recorrer el camino hacia el éxito.
Por ejemplo:
Ahora solo nos queda colocar todas estas ideas en tiempo real. Puedes establecer lapsos semanales, mensuales, trimestrales o por semestre, dependiendo de lo que se adapte más a tu proyecto. Toma cada una de tus estrategias y pasos a seguir, y colócalas en un calendario. Así, no solamente sabrás cómo comenzar, sino cuando e igualmente podrás visualizar cuánto tiempo tienes para realizar una tarea.
Luego que hayas ejecutado cada uno de los pasos, vas a tener una planificación bastante completa y un proyecto mucho más estructurado. Por último, te recomiendo que plantees objetivos tanto cualitativos como cuantitativos y además que fijes fechas tope para la culminación de cada una de las tareas. De ese modo, vas a poder cumplir con todas las fechas de tu calendario y evaluar los resultados en el momento que estipulaste.
Lo más importante de todo es comenzar, dar ese primer paso en función de tu planificación. Probablemente, no todo salga siempre 100% igual a lo que teníamos planteado, pero ahí es donde la creatividad y el optimismo toman protagonismo para no entorpecer o frenar nuestro proyecto. Si somos disciplinados y nos atamos al plan principal alcanzaremos los objetivos y habremos crecido como organización, proyecto de emprendimiento o personas.
¡Manos a la obra!